lunes, 13 de marzo de 2017




Cómo ayudar al cerebro a autorrepararse y reconectarse tras un ictus


NurAiD mejora los procesos naturales para la reparación neuronal, neuroplasticidad y neurogénesis



 La neurogénesis también se da en el cerebro adulto
Durante muchos años se dijo que desarrollamos un número fijo de neuronas cuando nacemos y que morirán con el paso del tiempo, perdiéndose miles y miles de estas células. En los años 90 los científicos probaron que esto no era estrictamente cierto: la neurogénesis es la formación de nuevas células cerebrales, proceso que también se da en el cerebro adulto y que origina la producción de nuevas neuronas.
El descubrimiento de que nuevas neuronas continúan generándose en el cerebro adulto ha modificado el concepto de plasticidad cerebral y ha revelado nuevos mecanismos que garantizan la homeostasis del sistema nervioso. La neurogénesis, proceso que involucra la generación de nuevas neuronas, se ha demostrado en el hipocampo y en el bulbo olfatorio de mamíferos adultos, lo cual sugiere la persistencia de células troncales neuronales a lo largo de toda la vida, se indica en un documento difundido a través de www.neurologia.com.

Tras una lesión cerebral empieza un proceso de autorreparación
Después de una lesión, el cerebro intenta autorrepararse, pero a menudo de forma parcial consiguiendo una recuperación incompleta. Después de un ictus, la neurogénesis se iniciará con la proliferación de precursores neuronales o células progenitoras, que tienen la capacidad de desarrollar nuevas células cerebrales necesarias para reparar el cerebro. Estas células progenitoras son fruto de la diferenciación de células madre que están presentes en algunas partes de nuestro cerebro. Tienen potencial para convertirse en neuronas completamente funcionales, las cuales pueden reemplazar a las neuronas que han muerto. Pero las condiciones que se crean alrededor del área dañada del cerebro a causa del ictus no son las ideales. Por tanto, las nuevas células no pueden incorporarse ni convertirse fácilmente en neuronas por sí solas. Evidentemente, uno de los principales interrogantes que los científicos tienen que resolver es cómo potenciar estos procesos naturales para poder aumentar el número de nuevas neuronas y asegurar que sean funcionales cuando se incorporen al circuito cerebral.
Otra prioridad es asegurar que sobrevivan en el cerebro el máximo número de células posible. Las células sanas que circundan el área del ictus son un recurso muy importante para la zona lesionada, ya que ayudarán al proceso de reparación conocido como neuroplasticidad, junto con las nuevas neuronas generadas gracias a la neurogénesis. Dentro y alrededor del área afectada por el ictus existe una zona llamada penumbra isquémica: son numerosas células que sobreviven pero que necesitan con urgencia oxígeno y nutrientes. Cuanto antes se restablezca el suministro de oxígeno y nutrientes, mayor probabilidad habrá de que dichas células sobrevivan. Los científicos buscan constantemente cómo aprovechar este fenómeno estimulando una proliferación mayor y la migración de las nuevas células a las áreas dañadas del cerebro, con la esperanza de restaurar las funciones fisiológicas que se perdieron a causa del ictus u otras lesiones cerebrales.



















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