Un
estudio asocia las horas de sueño con un mayor riesgo de ictus o accidente
cerebrovascular
Dormir más de ocho horas al día podría no ser una buena
idea. Lo sugiere una investigación de la Universidad de
Cambridge (Reino
Unido), que afirman que los ‘dormilones’ pueden tener un mayor riesgo de accidente
cerebrovascular o ictus. Y, además dicho riesgo se duplica en los
individuos mayores que, como normal general, duermen más. Sin embargo, los
autores dicen que no está claro por qué existe esta asociación e invitan a
realizar nuevas investigaciones para explorar este vínculo.
Lo cierto es ya algunas investigaciones previas ya habían
sugerido una relación entre el sueño y el riesgo de accidente cerebrovascular,
pero en este nuevo trabajo se ha analizado en profundidad la relación entre un
cambio en los patrones del sueño mantenidos en el tiempo y el riesgo de un
posterior accidente cerebrovascular posterior.
Casi 10.000 personas de 42 a 81 años de edad que forman
parte delEstudio Prospectivo Europea sobre el Cáncer (EPIC) fueron seguidos durante más
de 9,5 años. Primero entre los años 1998 y 2000 y posteriormente cuatro años
más tarde. Los investigadores preguntaron a los participantes cuántas horas
dormían de promedio durante un día y si generalmente dormían bien.
Edad y sexo
Casi siete de cada diez participantes afirmaron que
dormían entre seis y ocho horas al día, mientras que uno de cada diez dijo que
lo hacía más de ocho horas al día. Los participantes que dormían menos de seis
horas o más de ocho horas eran más propensos a ser mayores, mujeres y menos
activos.
Durante el periodo los casi diez años en los que se
prolongó el estudio, 346 participantes sufrieron un ictus, bien no fatal o
fatal. Después de ajustar por varios factores, incluyendo la edad y el sexo,
los autores encontraron que aquellos que dormían más de ocho horas al día
tenían un 46% más de riesgo de accidente cerebrovascular que la media.
Los que reconocieron que dormían más de ocho horas cuando
se le preguntó en ambos puntos del estudio registraron el doble de riesgo de
accidente cerebrovascular en comparación con aquellos con una duración normal
de sueño persistente (entre seis y ocho horas al día). Este riesgo fue aún
mayor para aquellos cuyo sueño aumentó de corto a largo en los cuatro años, con
un riesgo casi cuatro veces mayor que el de las personas que mantienen una
duración normal de sueño.
Verificación
Además de estudiar esta cohorte del EPIC, los
investigadores llevaron a cabo un estudio de datos de otros 11 análisis
relacionados para identificar la asociación entre la duración del sueño y los
patrones de riesgo de accidente cerebrovascular. Su análisis final, que incluyó
a 560.000 participantes de siete países, apoyó las conclusiones de su trabajo.
Ahora bien, los investigadores reconocen que no han
definido por qué existe la relación entre el sueño y el riesgo de accidente
cerebrovascular. La falta de sueño se ha asociado con factores como el
metabolismo alterado y los niveles elevados de cortisol, la ‘hormona del estrés’, todo lo cual puede conducir a la
hipertensión arterial y el aumento del riesgo de accidente cerebrovascular. Sin
embargo, su estudio sí sugiere que la asociación entre la duración del sueño y
un mayor riesgo de accidente cerebrovascular es independiente de los factores
de riesgo normales para la enfermedad cardiovascular.
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