Conducir tras sufrir un ictus
Tras sufrir mi ictus el 4 de diciembre del 2014, una de las
cosas que me preocupaba era no poder volver a conducir. Al parecer si podré
volver a conducir, claro está con las limitaciones que imponga la ley de tráfico.
· Tras sufrir un ictus, no se puede conducir hasta pasados 6 meses sin
manifestaciones
29 OCTUBRE 2014
El ictus es un
problema de salud más frecuente e importante de lo que buena parte de la
población piensa, ya que puede resultar altamente incapacitante y mortal. En la
actualidad, es la primera causa de discapacidad grave en el adulto (tanto
física como intelectual) y de dependencia; la segunda causa de muerte en España
y la primera en la mujer española.
n nuestro país, el ictus afecta cada año a unas 120.000
personas, de las cuales 80.000 fallecen o quedan con alguna discapacidad. Más
de 300.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional,
tras haber sufrido un ictus. Y, desde el punto de vista económico, el ictus supone
entre el 7% y el 10% del gasto sanitario. De hecho, uno de cada seis españoles
va a sufrir un ictus a lo largo de su vida, pero, a pesar de la alta frecuencia
de este episodio muchas personas aún no saben qué es y cuáles son sus causas.
Actualmente, este trastorno es más común a edades más
avanzadas. El 75% de los ictus ocurren en personas de más de 65 años. Se estima
que, en el 2050, España tendrá una de las poblaciones más envejecidas del
mundo, por lo que se prevé que el impacto demográfico, sanitario y social del
ictus aumente en las próximas décadas.
No obstante, el ictus no sólo afecta a los sectores más
envejecidos de la población. Cada vez se registran más casos entre adultos
jóvenes, debido a los hábitos de vida incorrectos e insanos que adoptan. Hoy,
entre el 15% y el 20% de estos ACV afectan a individuos de menos de 45 años.
Qué es y cuántos tipos hay
El ictus son un conjunto de enfermedades que afectan a los
vasos sanguíneos que suministran la sangre al cerebro. Este grupo de
patologías, conocidas popularmente como embolias, también se denominan
accidentes cerebrovasculares (ACV) y se manifiestan súbitamente. El ictus es el
equivalente a un infarto de corazón, pero en el cerebro.
Existen dos tipos principales de ictus. Son los ictus
hemorrágicos o hemorragias cerebrales, que se producen cuando un vaso sanguíneo
(vena o arteria) se rompe, y los ictus isquémicos o infartos cerebrales, que
ocurren cuando una arteria se obstruye por la presencia de un coágulo de
sangre. A menudo, este trombo se origina en el corazón y se desplaza hasta el
cerebro, donde interrumpe el flujo sanguíneo.
Cuando se sufre un ictus, el
daño cerebral adquirido puede ser irreparable y dejar secuelas graves, que
repercutan de forma notable en la calidad de vida de los afectados. Después de
un ictus, sólo un tercio de los pacientes se recupera totalmente, otro tercio
queda con secuelas y otro tercio fallece. Además, el 25% de las personas que
padecen un ictus mueren durante los 30 días siguientes.
Y al volante...
La normativa española regula las capacidades psicofísicas necesarias
para conducir vehículos tras sufrir accidentes isquémicos transitorios y
recurrentes. El Reglamento General de Conductores prohíbe, en caso de ataque
isquémico transitorio, conducir vehículos hasta transcurridos al menos 6 meses
sin manifestaciones neurológicas, aunque, dependiendo de cuáles sean,
excepcionalmente y con informe del neurólogo, se puede permitir conducir
turismos. En caso de ataques isquémicos recurrentes, no se permite conducir
vehículos.
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